martes, 4 de febrero de 2014

Odiame...

Odiame… porque le sonrío a tus mañanas

Odiame… porque te he provocado besar hasta que tus labios han perdido domino propio

Odiame… porque he despertado en vos el instinto de morder

Odiame… porque he invitado a tus manos a invadir mi cara hasta que ha suspirado tu alma

Odiame… porque me he aferrado a tus caderas como un presagio de tus ganas de huir

Odiame… porque a través de tus ojos he observado la belleza de tu fragilidad y he querido renunciar a los míos

Odiame… porque he logrado conocer lo que no te gusta de vos

Odiame… porque te he regalado el placer de mil noches en una sola

Odiame… porque me he vuelto adicto al sabor de tu cuello y a la suavidad de tus besos

Odiame… porque has querido devolver el tiempo

Odiame… porque le soy infiel a este planeta, él es un pedazo de tierra y vos mi mundo entero

Odiame… porque su sol es pasajero y la luz de tus ojos eterna

Odiame… porque ya no habito en él  sino que pertenezco a lo más profundo de tu ser

Odiame… porque tu belleza se engrandece en mis textos

Odiame… porque hiere menos que la indiferencia

Odiame… por preferir al odio antes que el olvido

2 comentarios:

ricbonco dijo...

"Odiame… por preferir al odio antes que el olvido"

Dicen que cuando uno odia a alguien todavía le interesa, la indeferencia es el verdadero olvido.

Buen texto mae.

Ele Rojas dijo...

"Odiame… porque hiere menos que la indiferencia" ¡Simplemente me encanta! Se interpretan tantas cosas en una pequeña frase...